LA COPA DEL REY BARCELONA
momento para que descanse y que se entrene». Así, con sencillez, sin gritos, sin alarmismos y dotando a sus frases de una pasmosa naturalidad, justificó ayer Frank Rijkaard su impactante decisión de prescindir del brasileño y apostar en la ida de las semifinales por el trío fantástico que está más en forma. Juegan Messi, Etoo y Henry. No queda, por tanto, hueco para Ronaldinho.¿Quién dijo que Rijkaard no tomaba decisiones? Desde que volvió Etoo de la Copa de África, el técnico ha introducido un matiz nuevo en la gestión de las estrellas. Algo que nunca había hecho. Entre otras razones porque tampoco había tenido a los cuatro juntos. Ya nadie es intocable. Ni siquiera el camerunés, a quien se esperaba como el salvador del equipo en Glasgow y lo dejó en el banquillo, dándole entonces inesperadamente la titularidad a Ronaldinho. Llegó el segundo partido juntos (Levante) y mandó a Henry al palco. Ayer, Rijkaard fue más allá, enviando a Ronaldinho a su casa («es una decisión técnica», alegó), enviando, al mismo tiempo, un mensaje de justicia para el vestuario.
INÉDITOS EN EL CAMP NOU
De los cuatro, el brasileño, que había abandonado el banquillo en los dos últimos partidos, es el que peor está. Así lo entiende Rijkaard. Así actúa Rijkaard. «Está trabajando muy bien, está creciendo, pero tenemos muchos partidos. No tiene ningún problema físico», explicó el técnico, quien privó así al Camp Nou de disfrutar algún día de los cuatro fantásticos. El culé aún no los ha visto en su casa. Tan solo ha sucedido ese acontecimiento extraordinario en Santander (agosto del 2007) y Glasgow (febrero del 2008), aunque sin llegar a coincidir en el césped. Ha tenido cuatro posibilidades para provocar ese reencuentro, pero solo en dos ocasiones lo ha permitido. «Le toca descansar y luego entrenar», repitió Rijkaard en un par de ocasiones para que no hubiera dudas sobre su mensaje. «Tenemos muchísimos partidos», añadió dando a entender que el brasileño pueda reaparecer el sábado en el Calderón.
MÁRQUEZ, BAJA
Por si acaso, y dado su estatus de estrella, Rijkaard quiso explicárselo ayer personalmente a Ronaldinho. Minutos antes, ajeno a lo que vendría luego, el brasileño se entrenó con toda normalidad en el Camp Nou, a puerta cerrada, bromeando con Gudjohnsen. No sabía Ronnie lo que pensaba el técnico. Antes de subirse al autocar, camino del hotel de concentración, Rijkaard le dio la mala noticia. En una semifinal de Copa ante el Valencia, él no estará ni en el banquillo. ¿Cómo se lo ha tomado la estrella? Según el técnico, «bien».
Falta conocer la versión del jugador. Pensó que había encontrado ya su sitio en el equipo, pese a que solo ha jugado 15 minutos en la Copa y como suplente ante el Villarreal. Pensó que ya tenía el sitio, pero anoche, mientras sus compañeros se concentraban –Márquez también es baja al sufrir molestias en el pie derecho–, él dormía en casa. Pero hoy le tocará entrenar. Otra prueba más de que la vida ha cambiado mucho, y a peor, para Ronaldinho. Y que Rijkaard, que ayer si se llevó a Henry y Deco, a los que dio descanso el domingo, ha dejado de mirar al pasado. Y, de momento, a la Liga: «No, no he visto el gol del Getafe». Ahora, quiere llegar a la final de la Copa.
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Crónicas Peregrinas 
Posted on febrero 27, 2008 por Crónicas Peregrinas
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